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miércoles, 2 de mayo de 2007

Los que saben: Walter Lingan


En 1998, cuando mis pequeñas "Ediciones del Curueño" estaban aún en pañales, mi buen amigo Luziano me hizo de voluntario scout entre los autores hispanoamericanos afincados en Alemania. El resultado: el descubrimiento de dos enormes escritores, que también acabaron siendo un poco amigos —ventajas de las pequeñas editoriales—. Hoy me gustaría rescatar a Walter Lingán.

Lingán era ya un gran escritor antes de que yo le conociese. Había publicado un par de libros en su Perú natal, aunque el éxito ha sido sorprendentemente esquivo con su obra. Cuando le conocí, él ya rondaba los cuarenta, pero es una de esas personas de edad incalculable: parece eternamente joven, aunque su porte circunspecto le echa encima algunos años más. Luego, en la distancia corta, es un tipo afable, muy atento, y de una educación exquisita. Lleva media vida en Alemania, ejerciendo como médico, a la espera de que la historia de la Literatura le rescate.

Sin embargo, ése no es Walter Lingán. El tipo amable que conversa, que te escribe cuando todos te olvidan, que nunca alza la voz, se convierte en un auténtico demonio en cuanto sus dedos rozan un teclado. Nada queda en su escritura de sus movimientos pausados, de su madura calma: las páginas de sus libros destilan intriga, sexo salvaje, fantasmas indígenas y cotidianos, y hasta el terror de la realidad. Un mundo privado que su elegante estilo pone a nuestra disposición.

Yo tuve el placer de editar su libro "Los tocadores de la pocaelipsis", una colección de relatos que es un auténtico muestrario de sus virtudes. Él quizá hubiera necesitado una editorial más grande, con posibilidad de promocionar su obra, incluso con un editor mejor.

Por favor, descubrid a Walter. Para mí, es uno de los grandes autores hispanoamericanos del momento. Seguro que para vosotros pronto lo será.


Para más información sobre Walter Lingán, consultar aquí.

4 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por abrir nuevas ventanas.

Karla dijo...

No cabe duda que aquí siempre se aprende algo nuevo, y eso que no eres un intelectual (claro, en el mejor sentido de la palabra), eso es lo mejor de ti la sencillez con la que te conduces por la vida.

Felicidades,
Mia

Anónimo dijo...

Yo también he leído a Walter, yo también soy nadie :-)

mano dijo...

hola , interesante pagina. A Walter le conozco personalmente y la verdad q este fragmento estuvo buenisimo,me he reido bastante aparte de despertar en mi cierta reaccion como peruano que soy. Quisiera preguntarle a Walter donde esta esa mujer....simple curiosidad...saludos.