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sábado, 31 de marzo de 2007

Jugueteando

El poeta Vicente Gutiérrez Escudero me acaba de invitar a participar en un meme, una especie de juego de mensajes en cadena. Ya me ha advertido de que romper la cadena me traerá graves e imprevisibles consecuencias: se me secarían las plantas, mi perro Fix tendría cachorros y me pondrían la ORA (aquí, la OLA) en la puerta de casa. Y yo no es que sea supersticioso, pero a ver quién se la juega ante semejante panorama.
Como todo el juego es muy literario, me pide que abra el libro que tenga más a mano por la página 139 y que transcriba en mi blog las cinco primeras oraciones del segundo párrafo. Y que invite a otros tres blogeros a continuar el juego haciendo lo mismo con otro libro.
El libro que tengo más cerca es "Cuentos por teléfono" de Gianni Rodari, una maravillosa obra para pequeños lectores —estoy intentando que el joven Javier le coja gusto a la lectura, por lo que le he declarado la guerra a la Play Station; de momento, y lamentablemente, me va ganando la Sony por goleada—, y éste es el texto requerido:

«En el planeta Bih no hay libros. La ciencia se vende y se consume en botellas.
La historia es un líquido colorado como una granada; la geografía , un líquido verde color menta; la gramática es incolora y sabe a agua mineral. No hay escuelas; se estudia en casa. Los niños, según la edad, han de tomarse cada mañana un vaso de historia, algunas cucharadas de aritmética, etcétera.»

Por lo que he podido reconstruir de cadena, comenzó en Alvaro Valverde, que invitó a Álex Chico, siguió David Vegue y de mí se acordó Vicente Gutiérrez.
Yo elijo para continuar el meme al novelista Javier Pérez, al poeta Luis Felipe Comendador y al haikuteka Guillermo Arcera.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Menos mal que no me has elegido a mi, porque la página 139 del libro que tengo más a mano, el "Manual de Usuario. HTC P4350", sólo habla de lo siguiente:

"Consejo: Para cambiar la información de contactos en su tarjeta SIM, puntee en un contacto y luego edítelo. Tras la modificación, puntee en Guardar"

Será una señal? Tendré que cambiar de amigos y familia? Tendré que editar el contacto de mi editor? jejeje.

Siento haberme inmiscuido en tu block de blogs de nuevo... Bueno, seguiré con lo mío un rato.

Luis Felipe Comendador dijo...

La sencilla distición de Laski, junto con la intervención del lord justice Coleridge, nos proporciona una manera de diferenciar a los amantes del arte. La pregunta que debemos formularnos es: ¿cómo el amor que alguien siente hacia el arte afecta a su actitud hacia los seres humanos.

[principio del 2º párrafo de la página 139 del libro "¿Para qué sirve el arte?", de John Carey.

Espero que te sirva mi escueta colaboración, colega<.

Un abrazo.

Javier Menéndez Llamazares dijo...

Valen: Puedes inmiscuirte todo lo que quieras; es más, me encanta que te inmiscuyas (no como todos esos amigos tan tímidos que me lo dicen todo por correo electrónico, como si me hablaran al oído).
Por cierto, que más que cambiar el contacto de tu editor, habría que pedir que le renovaran la RAM, menudo desastre.
Por cierto, luego no te me quejes de que mi blog te hace perder tiempo de trabajo, que seguro que tu empresa va a acabar por reclamarme que costee la parte proporcional de tu sueldo.
Abrazos tensegríticos.

Filisteum dijo...

Pues el libro que yo tengo delante no tiene página 139, porque se trata del segundo tomo de la Montaña Mágica, de Thomas Mann, y empieza en la 511.

Pero como los números y la lógica nunca me impresionaron demasiado como razones de peso, allá van las oraciones, tras el cálculo opotuno.

Esto había en la poágina 650:

"Sin embargo, Hans Castorp, el civil, el hijo de la paz, cuando escuchaba con atención al ex o al futuro jesuita, se sentía confirmado en su opinión de que ambos debían sentir simpatía por el estado de la profesión del otro, pues eran castas militares, tanto una como otra y similares en muchos aspectos: tanto en el asceta como en el jerarca, en la obediencia y el honor español. Esto último reinaba sobre todo en la orden de Naphta, orden de origen español y cuya regla de ejercicios espirituales, una especie de contrapartida de los que Federico de Prusia había impuesto a su infantería, habían sido primitivamente redactados en lengua española, lo que llevaba a Naphta a servirse frecuentemente de expresiones españolas en sus relatos y sus comunicaciones."

Anónimo dijo...

¿Se puede participar? Espero que sí. Transcribo:

"Por un momento me estremecí: me pareció todo tan absurdo que traté de recordar a las mujeres llenas de ética, belleza y sensibilidad o, si no llenas, al menos envueltas en sus perfumes. ¿Me ponía yo al lado de esta fórmula, de esta "sixtina" por pose o por disimular mi propia debilidad? Pensé también en mi madre, claro. Llevaré hasta la tumba los dos extremos, a las "sixtinas" fogosas procedentes de la barbarie adriática y a las muchachas humanistas, guapas y bondadosas de Levante, de Oriente, ex oriente nox". (pág. 139 de Renacimiento Negro, de Miklós Szentkuthy).

Me alegra mucho haberte reencontrado en esta bi(o)tácora que, por cierto, me encanta. Te visitaré a menudo.