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martes, 3 de julio de 2007

Cien ventanas al mundo



Cien artículos ya... quién lo hubiera predicho, cuando el 25 de marzo publiqué el primer artículo.
Lo cierto es que llevaba años resistiéndome a empezar con el blog; visitaba alguno de cuando en cuando, pero no tenía ninguna intención de empezar uno propio.
«Demasiado trabajo, y total, ¿para qué?», me decía cada vez que alguien me insistía en que sería una buena idea tener una bitácora. Trabajo. Sí, mucho trabajo. Porque yo siempre he sido muy perezoso para escribir, aunque no lo parezca. Soy capaz de hacer cualquier cosa, lo que sea, con tal de posponer un ratito más el momento de sentarme ante la pantalla y empezar a hacer dedos con el teclado.
¿Por qué? Supongo que porque no me gusta escribir: lo que me gusta es haber escrito. Pero la escritura, como acto físico, es demoledora: precisa de una gran concentración intelectual, de un esfuerzo sintético en las ideas, tienes que elegir la estructura idónea, el estilo, el tono, el enfoque... y luego rellenarlo todo con las palabras más adecuadas. Y tener presente que, como si fuera un examen, alguien lo va a leer con espíritu crítico, esperando que tenga un nivel muy alto y dispuesto a detectar el más mínimo fallo.
Luego estaba el ¿para qué? Es evidente que un autor necesita público, pero la red no es el auditorio habitual de los escritores. Porque estamos acostumbrados al papel, o, si no, al paraguas de los grandes medios de comunicación. Hacer un blog en El País mola, pero claro, hacer un blog a pelo ya es otro cantar: nadie te avala. Eres uno más entre setenta millones de blogs; ¿qué vas a ofrecer tú que los demás no den?
Entonces te empequeñeces, y te das cuenta de que no eres gran cosa: sin editor, sin una triste columna en la prensa, sin lectores que te ladren...
Lo realmente paradójico es que fue en ese momento cuando me decidí a empezar con el blog: al constatar que no era nadie. Si no eres nadie, ¿qué más te da que sea un éxito o un fracaso?
Y empecé a lanzar artículos a la red como quien lanza botellas al mar. No, no, no es que estuviera borracho como una cuba, que las botellas no me las bebía. Lo que estaba era solo. Muy solo.
Llegaban los comentarios con cuentagotas, y algunos amigos me enviasteis mensajes de aliento. Tantos ánimos, que me propuse escribir un artículo cada día —laboral, claro, que tampoco hay que pasarse—. Textos que se fueron haciendo más largos, más elaborados; algunos más afortunados que otros, pero siempre pensando en no defraudar a los que entráis cada día buscando un poco de lectura fresca.
Poco a poco, han ido llegando las recompensas: vosotros. No sé si sois muchos o pocos, prefiero no pensar en ello. Lo que sí sé es que hacéis mucho ruido, que completáis y perfeccionáis mis textos con vuestros comentarios, con vuestros enlaces, las invitaciones y con las menciones que me regaláis desde vuestros blogs.
Y, al final, parece que escribir en un blog sí que tenía sentido: tiene valor por sí mismo, el placer de la literatura. Y no uno, sino muchos valores añadidos: vosotros. Gracias a todos, porque, sin vuestro apoyo, seguiría siendo nadie, pero un nadie que ya no escribiría.
Gracias muy especiales a Pilar y a nuestro hijo, que renuncian cada día a un ratito de mi tiempo para que pueda escribir estas líneas. Y gracias de corazón a un lector llamado Jesús Ramos, que vigila para que nunca falte a esta cita, y me azuza cada vez que se me pasa la hora.
Y ojalá que disfrute todavía más con los próximos cien artículos.

16 comentarios:

Gentiana dijo...

Pues sí, es verdad que muchos, como Jesús Ramos, aguardamos impacientes tus entradas desde primera hora de la mañana (aunque no tengamos tu móvil para recordártelo -como hace el amigo Jesús-, si te retrasas).

Gracias a tí, Javier, por lo que compartes con nosotros desde tu bitácora: mucho más de lo que imaginas.

Y, además, cumpliendo aquello -suena un poco cursi: pluraliza y llévalo al terreno de la amistad- de que "quizá para el mundo no seas nadie, pero para alguien eres el mundo".

Un abrazo.

Mariano Zurdo dijo...

A mí también me costó lo mío empezar mi blog. Al principio no me llamaba la atención ni siquiera leer el de los otros. Leía solo el de Clandestino, y fue él el que me animó a ello. Pensé que sería una buena forma de promocionar mi novela a pequeña escala, ya que la promoción se está reduciendo a la nada. Y así empecé. Y ahora de ki que menos hablo es de mi novela.
Ahora leo los blogs a diario. Me parecen visiones más interesantes que muchas de las sesudas columnas de opinión de muchos periódicos. En tu caso, encima, pues muy bien escritas, que para eso eres licenciado...
En serio, llegué tarde a tu blog aunque nunca lo es. Espero leer al menos cien entradas más.

Anónimo dijo...

yo si que no soy nadie para agradecerte tus palabras...acabo de aterrizar por aquí. Esta primera enhorabuena merecen regalártela tus fieles lectores, los que están desde el principio y no yo. Pero ya que estoy aquí.. ENHORABUENA!!!!

Anónimo dijo...

ups que me acabo de dar cuenta que tienes la moderación activada. Así que posiblemente con mi comentario anterior quede como una idiota jajajaja. Seguro que ya te habían bombardeado a felicitaciones. Y yo que pensaba que era la primera... que se le va a hacer

Anónimo dijo...

Será genial leerte hasta los 200 artículos, yo que hace poco que me paseo por ésta tu casa.

Anónimo dijo...

ola!
gracias a ti, xavi.
yo te considero mi primer blog del dia, y me encanta.
bjs

Anónimo dijo...

Pues q sepas q yo no hago blog para q le gente no se pierda entre tantos millones de bitácoras y le sea más fácil llegar a la tuya. No sería capaz de igualarla, ni en cantidad ni en calidad, así que me rindo a mi desasosiego impersonal y a tu página personal, que me roba 5 minutos cada día. Prefiero eso a q me robe yo a mí mismo 50.
Enhorabuenas (varias). Mmmmm, esto ya lo he vivido recientemente... será un déjà vu?

Raquel dijo...

A mí me ocurrió lo mismo. Tardé un siglo en empezar mi blog y sólo alguno ocasionalmente. Pero después de comenzar el mío me atrapó por completo. Es como tener una ventanita abierta al mundo. Por el cambio de horario de Madison-Salamanca, mis amigos me dicen que desayunan conmigo, mi hermana me reclama cuando me retraso en la entrada del día, personas que hacía siglos que no veía también se han puesto en contacto conmigo.
Sí, es mucho trabajo. Me planteo cada día si merece la pena pero por ahora me digo que sí. A tí te he conocido así y me da mucho gusto, la verdad. A Mariano le estoy empezando a conocer poco a poco. A otros también. Son voces nuevas, caminos diferentes y enriquecedores, otras perspectivas muy distintas a las tuyas pero con las que conectas, otros afanes. Nada ni nadie te obliga, eso es bonito también.

Me gusta la frescura de tu pluma y el pulso de tu pensamiento. Creo que muchos sabemos lo que eso significa, no ya el tener talento e imaginación, sino dedicarle tiempo para matizar y pulir. Todo un lujo el que así nos entregues tu arte.

Ing. Cardioide dijo...

Mi estimado Javier,

Realmente te felicito por los 100 artículos escritos en este espacio. Das muy buenos temas para reflexionar y me agrada bastante. El punto es que te sientas cómodo escribiendo y demás.

Por ejemplo en mi blog escribo a lo mejor cosas sin mucha importancia, pero a mí me ha funcionado para depurar cosas de mi cabeza. Y así lo he hecho por 3 años.

Enhorabuena y ahora sí hay pretexto para el viaje :D jaja

Aloha! Un abrazo,

Lalo.

Anónimo dijo...

Enhorabuena, a este ritmo vas a saturar blogger ;-).
Tampoco te obsesiones con poner una entrada diaria en el blog porque cuando empieces a notar esto como una obligación (y te aseguro que llegará ese día, nos pasa a todos) deja de tener gracia. Publica cuando te apetezca, pero es incluso sano obligarte a saltarte alguna vez la frecuencia de actualización

Iván dijo...

"Supongo que porque no me gusta escribir: lo que me gusta es haber escrito."

Dios mio! Cuanta razón tienes. A mí me pasa exactamente eso.
Muchas felicidades! Compartir lo que uno piensa puede resultar costos. Pero es muy gratificante comprobar la respuesta de los lectores. Y yo, como uno de ellos, me siento encantado de leer tus artículos.
Ánimo. A por el post número 200. Está a la vuelta de la esquina!

Luis López dijo...

Enhorabuena. Creo que ha merecido la pena el esfuerzo. La escritura es una droga sana y hay que cultivarla día a día. Gracias por tus inteligentes entradas y a seguir hasta las...
Saludos y suerte.

Anónimo dijo...

Enhorabuena y a por más. Cien besos... si sigues te daré cuantos correspondan.

Anónimo dijo...

¡Qué bien! Enhorabuena, quisho. A ver si te invitas hoy al café para celebrarlo :-)

::mer:: dijo...

yo te he descubierto hace poco, pero me apetece siempre leerte, aunque a veces no comente.
un besote y a por 100 más!

Anónimo dijo...

Si señor ahi estamos , 100 y los que te quedan ; reconozcamoslo esto se te da muchisimo mejor que el tenis . Dicho esto reconocer que no tiene mucho merito dado lo
mal que haces lo otro.

Un abrazo sin cria , sin crio , con
señora currando y yo de vacaciones