Hace algún tiempo, mi mujer y yo nos acercamos a una pequeña ciudad cercana a Santander, para ver los fuegos artificiales y pasar una noche agradable paseando bajo la luna, y esas tonterías que hacen los padres en cuanto consiguen librarse de los hijos. Y la verdad es que lo pasamos bien, caminamos por las calles empedradas, recorrimos la feria, probamos el algodón de azúcar, admiramos los cohetes y nos sobrecogimos con la traca final.
Todo a pedir de boca: conversamos con calma, nos miramos a los ojos, nos cogimos de la mano... hasta que nos detuvimos ante una barraca, una de esos en las que hay que derribar muñecos a bolazos. No, no es que quisiera regalarle a mi señora una muñeca chochona, o un perrito piloto, ni mucho menos. Lo que pasó es que vimos un cartel, allí pegado en la barraca, que decía:
Prohibido APOLLARSE
Y entonces fue cuando se nos cortó el rollo.
4 comentarios:
pues a mí no se me corta nada...
seré algo perverso, pero me eriza los pelos de la nuca...da juego a la imaginación.
¿Y si no era una falta de ortodoncia, hombrepordios...?
Besitos/azos.
SE HUBIERAN "APOLLADO" EN OTRO LADO :D
¿Se referiría a quedarse sin polla?
Publicar un comentario