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lunes, 2 de marzo de 2009

Pesadilla de escritor


No sé si son los años de oficio –tanta corrección de pruebas, que te acaba haciendo dudar hasta de las reglas más elementales– o el pánico a que un día se deslice en tu propio texto una de las gordas, y la cacen los lectores, y la crítica te señale con el dedo –y Miñambres te acuse en el Diario de poner faltas, de ser un asno con orejas de asno, de inculto, de iletrado y de matar a Manolete–, y quedes marcado para siempre como el escritorzuelo que ponía vino con be, y ya nunca más puedas salir a la calle sin que te señalen, sin que murmuren las señores, sin que te haga corrillos la chavalería…
El caso es que uno se acaba obsesionando con las erratas, hasta que descubre que al resto del mundo le dan igual. ¿Que no? Pues mira la imagen adjunta. Fue anoche mismo, en lo más "cultural" de la tele: el "Redes" de Punset.
¿Que no lo encuentras? Pues yo soy incapaz de ignorarlo. Me parece que sí, que este trabajo mío me está afectando demasiado. ¿Qué habré hecho yo para merecer esto?

5 comentarios:

Mariano Zurdo dijo...

Estimado Javier, permíteme que me apropie toda esta entrada o que al menos me permitas ser coautor intelectual de la misma, porque uno que también se dedica a corregir, vive con las erratas saltándole encima a la que se descuida. Con el correspondiente descojone de los que me rodean, que me llaman exagerado a las primeras de cambio...
¡Paciencia!

Anónimo dijo...

Estoy con vosotros. Siempre se puede colar un errorcillo en un texto. Pero este "echo"... "Hecha" por tierra las pretensiones de programa cultural.

Anónimo dijo...

A mi me pasa igual, las faltas de ortografía me saltan a la cara.
Un saludo

Carlos Añejo dijo...

¡Lo veo, lo veo!... Han puesto medicina en lugar de "midicina"...

Aimara dijo...

jaja! muy bueno Carlos :-)
Luego se quejan de que la gente joven resume tanto en los sms que cometen faltas de ortografía todo el tiempo.
No creo que solo sean pesadillas de escritor Javier, es algo que hace daño a la vista en mas de una ocasión y lo mas triste es que cada vez parece importar menos poner una b por una v o comerse la h sin remordimiento alguno.
Antes te reías cuando te decían flagoneta y ahora deberías asustarte al leerlo, ya que lo escriben a conciencia.
Penoso ¿no?
Tienes un blog chulo, pasaré mas por aqui.

besos astrales!!