Hace ya algunas semanas oí de refilón una noticia curiosa, algo de que habían encontrado coca en un zumo de frutas. La cosa tenía su interés, pero, como estaba de vacaciones —benditos días aquellos—, no le presté mucha atención. Aún así, el asunto se me debió de quedar atascado en alguna neurona, porque estos días lo recordé espontáneamente, y al final acabé por encontrarle la gracia.
Y es que lo del zumo adulterado me recordaba mucho, pero mucho, mucho, a la leyenda urbana de mi infancia sobre los caramelos con droga que se supone que se repartían a la puerta de los colegios. Claro que a nosotros, como íbamos a un cole pobretón, allá en La Palomera, nunca nos trajeron nada; ni siquiera vino Gurruchaga con su abrigo gris a repartir golosinas, a Dios gracias. Bueno, que me lío; sigo.
La cosa es que en Andalucía se produjeron algunos casos de intoxicación después de tomar un zumo tropical, y cuando la policía se puso a investigar el asunto, resultó que la bebida, aparte de los ingredientes declarados, llevaba cocaína como para encalar un par de paredes.
¿Cocaína en un zumo de frutas? ¡Coño! ¡Eso sí que es hacer promoción a lo grande! Y encima gratis, con riadas de tinta en la prensa y mención en todos los telediarios y partes radiofónicos. Porque, visto el panorama de consumo de estupefacientes en Expaña, la cosa suena a negocio a lo grande. Ya me extrañaba a mí que los chavales de la facultad siempre pidan "biofrutas tropical" en la cafetería del campus, con lo asqueroso que debe de saber…
Pero, volviendo a la noticia noticiosa, ¿qué coños es eso del noni? Por lo menos tendrá alcohol o algo, ¿no? Pues qué va… El caso es que, después de brujulear un rato, encontré por ahí un panegírico con las bondades del susodicho néctar. Voilà:
Aunque, analizándolo seriamente, algo no cuadra; y es que no puede ser un buen negocio. Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga (Onudd), conseguir un gramo de coca en España sale por 14,92 €, riesgos aparte. Y la botellita de marras se vende a 42 dólares de vellón. Vale que el dólar está por los suelos y tal, pero si entre portes, distribuidores, mayoristas y tasas fiscales se comen al menos un 65% del p.v.p., y la papelina de coca anda por los 15 eurípides, no salen las cuentas. Vamos, que mucho, mucho... no va poder colocar.
Vamos, que me da que la cosa fue una falsa alarma, y que los aficionados al género van a tener que seguir machacándose el tabique y financiando los imperios colombianos, en vez de apañarse con un chupito polinesio. Y es que no podía ser ni tan sencillo, ni tan barato. Como lo de las drogas a la puerta del colegio, vamos. Que igual alguna vez puede que hasta incluso algo hubiera, pero que de repartirlas a espuertas nasti de plasti. ¡Menudas colas que habría habido entonces en la entrada de los colegios de los ochenta! Vamos, que ni novillos iba a hacer algunos. Porque si ahora sale Pocholo en la tele avisando («No te metas en las drogas. Ya hay mucha gente dentro... ¡y no hay para todos!»), en los años dorados ya corría el rumor —no confirmado— de que no sé quién de Extremoduro había puesto un cartel en su casa que decía: «Si dejas las drogas... déjalas aquí». O sea, que como para andar regalándolas por ahí, o metiéndolas de gratis en zumitos tropicales. Anda ya.
Pero el caso es que a mí todo esto me ha dejado escamado. Porque, vista la estrategia comercial del zumo de noni, los consumidores del tema son los naturistas y demás interesados en la vida sana y las terapias alternativas. Vamos, que presentan al noni más o menos como se presentó hace dos décadas al áloe, una panacea universal; algo conozco el paño, pues mi madre es una firme defensora de las virtudes de la planta.
Y me da por pensar si al áloe, como en su día a la cocacola, y sobre todo a la cocacola de las chicas que llegaban luego "mareadas" a casa, no les echarían algo... Porque tanto éxito del cactus ése es bastante sospechoso. Mamá, ¿no tendrás nada que contarme, no?
Y es que lo del zumo adulterado me recordaba mucho, pero mucho, mucho, a la leyenda urbana de mi infancia sobre los caramelos con droga que se supone que se repartían a la puerta de los colegios. Claro que a nosotros, como íbamos a un cole pobretón, allá en La Palomera, nunca nos trajeron nada; ni siquiera vino Gurruchaga con su abrigo gris a repartir golosinas, a Dios gracias. Bueno, que me lío; sigo.
La cosa es que en Andalucía se produjeron algunos casos de intoxicación después de tomar un zumo tropical, y cuando la policía se puso a investigar el asunto, resultó que la bebida, aparte de los ingredientes declarados, llevaba cocaína como para encalar un par de paredes.
¿Cocaína en un zumo de frutas? ¡Coño! ¡Eso sí que es hacer promoción a lo grande! Y encima gratis, con riadas de tinta en la prensa y mención en todos los telediarios y partes radiofónicos. Porque, visto el panorama de consumo de estupefacientes en Expaña, la cosa suena a negocio a lo grande. Ya me extrañaba a mí que los chavales de la facultad siempre pidan "biofrutas tropical" en la cafetería del campus, con lo asqueroso que debe de saber…
Pero, volviendo a la noticia noticiosa, ¿qué coños es eso del noni? Por lo menos tendrá alcohol o algo, ¿no? Pues qué va… El caso es que, después de brujulear un rato, encontré por ahí un panegírico con las bondades del susodicho néctar. Voilà:
Recuerda a algo, ¿verdad? En concreto, a esos elixires maravillosos que venden los charlatanes de feria, y que lo mismo sirven de crecepelo que para quitar el mal de amores. Claro que se les ha olvidado la propiedad más importante, vista la composición que los ceeseís de la Benemérita le han encontrado: la de colocarse. Vamos, que curar no se sabe si cura, pero si te pone como una moto, ¿qué más da? Visto así, no me extraña que los chamanes polinesios le peguen al noni desde tiempos ancestrales; ¿o es que alguien ha visto alguna vez a un chamán tonto? Colgado sí, pero tonto…
Algunos de los problemas para los que tomar Noni puede ayudar.
El Zumo de Noni es de un color marrón-rojizo y procede de la fruta del árbol Morinda Citrifolia. Ha sido utilizado miles de años por los "chamanes" polinesios y aún se usa como fuente primaria de medicina alternativa para ayudar en condiciones tales como:
* Dolor
* Inflamación
* Quemaduras
* Alteraciones de la piel
* Lombrices
* Náuseas
* Intoxicación alimenticia
* Fiebres
* Problemas Menstruales, de Colon
* Mordeduras de insectos, animales, etc.
Aunque, analizándolo seriamente, algo no cuadra; y es que no puede ser un buen negocio. Según un informe de la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga (Onudd), conseguir un gramo de coca en España sale por 14,92 €, riesgos aparte. Y la botellita de marras se vende a 42 dólares de vellón. Vale que el dólar está por los suelos y tal, pero si entre portes, distribuidores, mayoristas y tasas fiscales se comen al menos un 65% del p.v.p., y la papelina de coca anda por los 15 eurípides, no salen las cuentas. Vamos, que mucho, mucho... no va poder colocar.
Vamos, que me da que la cosa fue una falsa alarma, y que los aficionados al género van a tener que seguir machacándose el tabique y financiando los imperios colombianos, en vez de apañarse con un chupito polinesio. Y es que no podía ser ni tan sencillo, ni tan barato. Como lo de las drogas a la puerta del colegio, vamos. Que igual alguna vez puede que hasta incluso algo hubiera, pero que de repartirlas a espuertas nasti de plasti. ¡Menudas colas que habría habido entonces en la entrada de los colegios de los ochenta! Vamos, que ni novillos iba a hacer algunos. Porque si ahora sale Pocholo en la tele avisando («No te metas en las drogas. Ya hay mucha gente dentro... ¡y no hay para todos!»), en los años dorados ya corría el rumor —no confirmado— de que no sé quién de Extremoduro había puesto un cartel en su casa que decía: «Si dejas las drogas... déjalas aquí». O sea, que como para andar regalándolas por ahí, o metiéndolas de gratis en zumitos tropicales. Anda ya.
Pero el caso es que a mí todo esto me ha dejado escamado. Porque, vista la estrategia comercial del zumo de noni, los consumidores del tema son los naturistas y demás interesados en la vida sana y las terapias alternativas. Vamos, que presentan al noni más o menos como se presentó hace dos décadas al áloe, una panacea universal; algo conozco el paño, pues mi madre es una firme defensora de las virtudes de la planta.
Y me da por pensar si al áloe, como en su día a la cocacola, y sobre todo a la cocacola de las chicas que llegaban luego "mareadas" a casa, no les echarían algo... Porque tanto éxito del cactus ése es bastante sospechoso. Mamá, ¿no tendrás nada que contarme, no?
5 comentarios:
Jejeje... qué cosas... :)
Saludos
Doctor,
Crítico de blogs
Uhm... pues no había oído nada al respecto. Y tu madre tiene razón, como la mía... Al final yo también he podido beneficiarme de las maravillosas propiedades del aloe. Hasta mi dermatólogo me lo recetó como hidratante y cicatrizante para la piel. Y el de mercadona, que vale menos de 3 euros. En fin... que he caído aquí por casualidad (o por culpa más bien de bacilar o vacilar), y no he podido evitar leer algo de tu blog... no tá mal... Saludos.
pues me quedo con el zumo de coca, jajajajajajaja
Simpson & hijo es el único tónico que funciona
Como la Coca-Cola en sus orígenes ¿no? La verdad no me importaría echar un traguito de ese elixir ahora que estoy medio griposo. Como tu bien dices, si me pongo como una moto ¿que más me da la fiebre?
Saludos.
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