¿Quién no se ha visto, en más de una ocasión, obligado a justificar las bondades del ciberespacio? Te puede pasar cuando quieres animar a tus padres o a alguna persona mayor para que se conecte a internet; también en cualquier reunión, donde nunca falta —aunque ya sea una especie en extinción— el típico colega que presume de "no entender" la tecnología; o incluso cuando alguien más cercano te reprocha el tiempo que "pierdes" enganchado a la pantalla.
¿Y qué hacemos entonces? Pues recurrir a los tópicos: que si las grandes posibilidades de comunicarte sin barreras espaciales, que si la información se transmite directamente, que si la multi, trans e interculturalidad son un hecho, que si las comunidades virtuales, la libertad de expresión, la comunión de los santos, la vida eterna, y bla bla bla.
Pues sí, muy bonito todo, pero resulta que, según una estadística que acabo de inventarme, la gran mayoría de los humanos —o más— utilizamos internet para uno de estos tres fines:
- Ver porno de estrangis – ¿Cómo que no? Bueno, vale, igual tú no... pero resulta que el 35% (y estos datos ya no inventados) de las descargas en la red son de contenidos… ejem ejem… Vaya, que cuánto vicio hay por el mundo.
- Piratear todo lo que se pueda – ¿Qué tampoco? Ya, ya… Supongo que alguna vez nos tendremos que plantear por qué lo hacemos (y qué diferencia hay con hacer lo mismo pero la vida real, con objetos físicos), pero tradicionalmente lo electrónico, lo que no tiene un soporte real, lo hemos visto siempre como un territorio sin ley, en el que rapiñar sin duelo. Y para mí que otro 30% de lo que se mueve en la red es puro pirateo, sea por p2p o por descarga directa.
- Enviarnos gilipolleces por correo electrónico – Esto sí que tiene narices; da igual que uno no sepa hacer la o con un ratón, pero no hay tonto en el mundo incapaz de darle al botón de "reenviar". Y así, pogüerpoin arriba, pogüerpoin abajo, tenemos saturado el correo electrónico de medio planeta, con chorradas que te envía un amigo de un amigo de un conocido de alguien que se aburre demasiado y le encantan las fotos ñoñas de bebés y las de mujeres con problemas de aparcamiento.
7 comentarios:
Pues yo no quiero ser menos. Ipso facto me dispongo a descargarme ilegalmente una peli porno y te la envío por correo, hombrepordios...
A mi ahora me da por jugar al parchís online, ¿se puede ser más cutre? Y de porno nada, que mi ordenador venía con una cosa llamada Canguronet que me cuida y vela por mi, y me impide ver gochadas. (Pero a veces lo robo de la vecina...)
Hacía tiempo que no pasaba por aquí, es un placer leerte de nuevo.
Se te ha olvidado la cantidad de redes a las que te puedes apuntar en busca de "amistades" pq ya lo de los chats esta pasado de moda.
Aprovechaaa RRRubiaaaa
Ahora ya me hiciste sentir mal porque iba a bajar una canción jajajaja :P
Pero sí... Hay n ventajas del Internet, y sí, el porno es una de ellas jajajajaja xD
Por cierto, mi sig. post va dedicado al comentario que me dejaste en mi blo', nada más deja terminar unas cosas acá y te aviso de mi post jojojo
Aloha! Un abrazo!
Lalo.
Ya quedó listo el post Javier jejeje xD
Aloha! Un abrazo! Cuidese!
Lalo.
Gran entrada.
Todo el mundo habla maravillas de internet, pero a mí me parece algo verdaderamente poco útil. Y sin embargo, ¡sigo usándolo! Y ya sé por qué: por esas tres razones que has expuesto.
¿Un 35%?... Me parece poco.
Publicar un comentario