O eso decían en las películas antiguas, antes de que los malos se pusieran de moda.
Hace unas semanas estuve charlando un rato con Nacho, un amigo de mi hijo. Pero no hablamos del Racing o los stacks, qué va… El chaval este era mucho más espabilado; me explicó que tenía una idea maravillosa, y que estaba planeando cómo la llevaría a cabo. ¿Y qué se le había ocurrido? Pues inventar una máquina de hacer dinero, ahí es nada. Claro que le faltaban aún algunos cabos sueltos, empezando por cómo fabricarla, pero bueno, en cuanto resuelva esas minucias, la cosa promete.
Pero no piensen que Nacho es el único que le anda dando vueltas al asunto de la generación espontánea del maldito parné; no sé si será cosa de la crisis o qué, pero también mi amigo Manuel está detrás del asunto. La cuestión es que uno de sus hijos le había pedido que por su cumpleaños, en vez de regalos, le endosara un buen billetazo. Y mi amigo le tomó por la palabra: pidió prestado un buen billetón, lo pasó por el escáner y se puso a juguetear con él en el photoshop.
Yo no sé si Manuel quería ponerle un cero más al asunto, o pintarle bigote a algún jerifalte de los que salgan en los billetes grandes —que dicen que existen, pero pocos han visto—; el caso es que, de pronto, el puñetero ordenador le dio un mensaje de error y le dejó el asunto más bloqueado que el sueldo de un funcionario. Hasta me envió un pantallazo:
El caso es que el pobre hombre se quedó chafado. Pero enseguida pensó que sí, que los ordenadores serán muy listos, pero seguro que las fotocopiadoras no estaban tan espabiladas. Y allí se fue con su billete verde. ¿Adivinan qué le dijo la copiadora?
Vamos, que está la cosa muy mal, que ni con el photoshop ni con nada; eso de hacer uno su propia edición de billetes de banco como que no funciona. Así que, querido Nacho, sintiéndolo mucho, me da a mí que como no te pongas a chapar lo tienes crudo: o te haces futbolista, o encuentras una heredera a la que engañar, o te dedicas al robo y la política. Porque lo de fabricar billetes, de momento, como que no...
Eso sí, si al final se te ocurre cómo construir la máquina esa avísame, que me apunto.
Yo entretanto voy a llamar a mi padre, que recuerdo haberle oído hablar hace tiempo de si el dinero crecía en los árboles, o algo así...
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martes, 10 de marzo de 2009
El crimen nunca paga
Publicado por Javier Menéndez Llamazares en 7:36 Califica este artículo (1-5):
Etiquetas: Miscelánea
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3 comentarios:
¡Leñe!, es que ya ni piratear artesanalmente puede uno.
Protesto.
A mi es que nunca se me dio bien el dibujo, que si no...
¿Ande has andao, querido Javier?
Vaya Photoshop más listo. No deja piratear un billete pero sí que le pirateen a él. Curioso.
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